Después de arder durante 16 días en el pebetero del Estadio Nacional en el norte de la capital china, la llama sagrada de los Juegos Olímpicos de Beijing se extinguió esta noche. Antes, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, había declarado clausurados los Juegos de la capital china y la bandera olímpica fue entregada a Londres, ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2012.
A alrededor de las 21:20, en la gran pantalla del Nido de Pájaro apareció un tablero de información de vuelos en el que se anunciaba una salida. Tres atletas suberion una escalera de abordaje que llevaba el logotipo de los Juegos Olímpicos de Beijing, ubicado en un costado del estadio, y dijeron adiós con la mano a la multitud y a Beijing.
Con lágrimas en los ojos miraron a su alrededor y sacaron un exquisito pergamino de pintura que desenrollaron con lentitud.
De pronto, el muro circular ubicado en la parte superior del Nido del Pájaro se convirtió en una pista roja en la que se proyectaron los momentos más singulares y espectaculares de los 16 días de los juegos.
En tanto, dos actores "representaron estatuas deportivas" y mostaron diversos gestos deportivos en una enorme "torre del recuerdo" que surgió del centro del estadio.
Ante los ojos de más de 100.000 espectadores y deportistas, el pebetero olímpico de la parte superior del Nido de Pájaro, grabado con auspiciosos patrones de nubes y envuelto en una franja roja en espiral que parece una extensión del "pergamino", se desenrolló lentamente y disminuyó para marcar el final de esta festividad de 16 días.
Ante la ovación de los espectadores y los miles de atletas en el campo, 396 actores escalaron la "torre del recuerdo" de cinco pisos para simular una enorme "llama sagrada" con sus cuerpos.
Los participantes mostraron todo tipo de gestos en un espacio multidireccional sin precedentes que transmitió al mundo el perdurable espíritu olímpico de la búsqueda del hombre de los objetivos de "más alto, más rápido, más fuerte".
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