El choque del tiempo es más aparente en los templos. A excepción de uno o dos ancianos regulares, los templos son inundados por turistas que vienen a girar la rueda de oración por diversión.
Dentro de las habitaciones, antiguas estatuas de Budas permanecen de pie mientras se oye música moderna que proviene de los mp3 de los jóvenes guías del templo. Se pueden ver a unos pocos extranjeros; aunque a lo largo de las calles, así como en muchos restaurantes, la gente me ofrece su ayuda constantemente, sorprendiéndome con sus increíbles habilidades de habla inglesa.