El incienso tiene una larga historia en China. La gente en general lo utiliza para incensar su ropa o para mostrar respeto, aunque posteriormente los intelectuales convirtieron el quemar incienso en una práctica. Antes de la Dinastía Han (206 AC-220DC), los incensarios de cerámica, porcelana, bronce, hierro y teja ya existían.
Los incensarios chinos adquirían con frecuencia una apariencia similar al platos de piedra o metal sostenidos por peque?as patas. Hoy en día, muchas culturas alrededor del mundo emplean quemadores de incienso en las ceremonias religiosas y los rituales. El dise?o de muchos incensarios chinos y japoneses está fuertemente influenciado por las imágenes religiosas, como Buda o las divinidades chinas.
Los incensarios suelen emplearse en sitios de significado religioso, como altares, templos y lugares sagrados. El humo y el aroma que emiten al quemarse equivale a una plegaria. Es algo común en muchos países asiáticos ver a la gente sumida en una profunda meditación rodeada por incensarios. Además de ser parte de una tradición espiritual que data de miles de a?os atrás, los incensarios proporcionan una agradable fragancia que se extiende ampliamente.
Incensarios del Emperador Xuande
Durante el reinado del Emperador Xuande (1425-1434), de la Dinastía Ming (1368-1644), las técnicas de elaboración de los incensarios de bronce alcanzaron su cenit.
El Emperador Xuande importó un lote de cobre rojizo y mandó a los artesanos de palacio que dise?aran y elaboraran incensarios. Con el fin de garantizar la buena calidad de estos incensarios, los artesanos seleccionaron decenas de metales preciosos como el oro y la plata y los alearon con el cobre. Los incensarios de bronce que fabricaron tienen un brillo cristalino y constituyen un auténtico tesoro de la artesanía Ming.
Los registros históricos muestran que con aquel lote de cobre se fabricaron más de 3.000 piezas de incensarios durante el reinado de Xuande. Tras esta época, no se volvieron a fabricar incensarios de este tipo.
Estos incensarios de bronce de Xuande se mantuvieron en la Corte Imperial y la gente del común no tenía oportunidad de contemplarlos. Cientos de a?os después, los incensarios de Xuande de aquella época se convirtieron en un objeto raro y muchos de los que vemos en la actualidad son meras imitaciones posteriores de aquellos originales.