Los ladrillos decorados con motivos ornamentales en relieve se empleaban para adornar el exterior de las antiguas viviendas chinas y mansiones de familias ricas y poderosas, así como los templos, mausoleos, etc. También se pueden ver ejemplos en las puertas de entrada, en los vanos de las ventanas y en muros de las casas que otrora pertenecieran a las clases adineradas del país, como forma de “dar honor a sus moradores y a sus ancestros”.
Los ladrillos ornamentales incluyen una amplia gama de temas y decoraciones. Son comunes las figuras humanas, extraídas de leyendas populares, dramas e historias del folclore chino, que se representan con vivacidad. Los animales y las plantas son también un tema recurrente, en especial aquéllos que simbolizan poder y buena suerte o que ejemplifican cualidades elevadas, como el dragón, el fénix, el cerezo, bambú, crisantemo, etc. Otras decoraciones se esfuerzan en reproducir pinturas tradicionales sobre el ladrillo. Además de las escenas esculpidas o talladas, éstas suelen ir acompa?adas de inscripciones y marcas de sellos.
Esta forma de escultura se realizaba sobre un tipo especial de ladrillo azul cuidadosamente pulido, llamado ‘fangzhuan’ (literalmente, ‘ladrillo cuadrado’) durante la Dinastía Ming. Bajo el Imperio de los Qing, se empleaba el ‘jinzhuan’ o ‘ladrillo dorado’, por su color más ocre. Este tipo de ladrillo tenía una textura fina y era más adecuado para ser tallado o esculpido, pero a la vez era muy quebradizo, por lo que cualquier desliz de la herramienta podía arruinar la obra.