Los sellos chinos contiene caracteres y se usan para atestar la identidad en los documentos, contratos, obras de arte o elementos similares donde la autoría es considerada como importante.
Los sellos chinos están tradicionalmente hechos de piedra, ocasionalmente de madera, y se emplean con tinta roja o pasta de cinabrio (llamada ‘zhusha’ en mandarín). La palabra china ‘yin’ () se refiere específicamente a la marca creada por el sello.
El papel desempe?ado por los sellos en la cultura china es extremadamente importante. Durante los últimos 3.000 a?os, han sido empleados en ámbitos oficiales, privados o incluso en cuestiones menos mundanas como la magia. Los ejemplos más antiguos de sellos proceden de la Dinastía Shang (h.1600-1100 AC), encontrados en el yacimiento de Anyang. Sin embargo, se sabe muy poco sobre su uso en dicha época tan remota; sólo a partir del Periodo de las Primaveras y los Oto?os (722-481 AC) podemos vislumbrar la popularización de su uso, con las primeras referencias escritas a éstos.
En el 221 AC se creó un sello cuando el Emperador Qin Shihuang conquistó los restantes estados combatientes y unificó China bajo la Dinastía Qin (221-207 AC). La llamada He Shi Bi fue una famosa pieza de jade que fue propiedad del Estado de Zhao. Al pasar al manos del nuevo Emperador, éste ordenó hacer con ella su Sello Imperial, en el cual grabó la leyenda “El Mandato es recibido del Cielo, que tenga Longevidad y Prosperidad” (受命于天,既壽永昌), escrita por su Primer Ministro Sun Shou.
El arte del tallado de sellos en China combina la caligrafía y el grabado. Originalmente, sólo correspondía al Emperador el uso de los sellos, pero más tarde su uso fue secularizándose en los ámbitos privados e individuales.
En la actualidad, un sello tallado en piedra puede ser un bonito recuerdo para llevarse de China.