En el pasado siglo, en el norte de China las cometas más acogidas eran las confeccionadas por Ha Ba, que vivía en Changdian, Beijing, y las de Wei Yuantai, que vivía en la ciudad de Tianjin. Cada primavera y oto?o, sus labores tenían ventas rápidas. A principios de la década del 1930, el Sr. Wei, ya anciano, seguía con su artesanía en el Chang Qing Zhai, que era una tienda peque?a localizada en la Calle Dongmenli, Tianjin. Tenía colgada en la puerta una cometa de forma de oca menor al vuelo, la cual era el distintivo de su oficio. Wei nació en 1872. Su padre, Wei Changqing, quien fue zapatero primero y después empleado de tienda y puestero, tenía tres hijos. Wei Yuantai, benjamín en la familia, estudiaba en una escuela privada pero la abandonó pronto por la pobreza de sus progenitores. A los dieciséis a?os empezó a ser aprendiz en la tienda de los Jiang, para hacer cometas. Al finalizar los cuatro a?os de aprendiz, el padre le puso un negocio propio con el nombre de Chang Qing Zhai, dedicado exclusivamente a la confección de cometas. Dicen que sus piezas eran finas, atractivas e ingeniosamente dise?adas. Las armazones de palitos de bambú de algunas cometas no eran atadas con cordeles, sino que tenían agujeros para que se pudiera ensartar los palitos y pegarlos con goma. Cada juntura tenía un aro peque?o de cobre, de suerte que el papalote se podía plegar o desarmar. Gracias a esta técnica, hasta un papalote de ciempiés de 17 metros de largo se podía conservar en una caja de 33 cm de largo. Y para volarlo, se lo sacaba de la caja y se lo montaba con facilidad. Como sus trabajos se vendían muy bien dentro y fuera de China, ello le valía el buen nombre de "Wei, artista de las cometas".
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