El ‘Kesi’ o ‘seda cortada’ se refiere a los tapices de seda con dise?os cortados, que constituyen una técnica tradicional del tejido de la seda. Las evidencias arqueológicas indican que este tipo de tapices comenzaron a producirse en China ya en la Dinastía Tang (618-907).
Durante la Dinastía Song (960-1279) los tapices tuvieron gran popularidad por sus colores clásicos, su refinada factura y sus dise?os realistas, marcando la edad de oro de esta forma de arte en China. En el Museo de la Ciudad Prohibida se conservan magníficos ejemplos de esta época.
En la Dinastía Yuan (1279-1368) los tapices a veces incluían también hilos de oro para dar un efecto de opulencia. Por desgracia, muy pocos de estos ejemplos han llegado a nosotros.
El arte de la tapicería de seda experimentó cierto renacimiento en la Dinastía Ming (1368-1644), cuando se elaboraron copias de los tapices Song. Más tarde, los artesanos fueron capaces de crear vibrantes composiciones con tejidos cada vez más refinados. Algunos dise?os de tapices se decoraban a veces con colores para dar un efecto más bello al conjunto.
Con la Dinastía Qing (1644-1911) supuso el aumento de la precisión en términos técnicos del tejido. La variedad de temas eclosionó y los dise?os se volvieron más complejos y abundantes. Se expandió igualmente la combinación del tejido y la pintura, dando mayor variedad y belleza a esta forma artística.
El tejido de los tapices se lleva a cabo en un telar plano. Una red de cordeles horizontales y verticales, atados al marco del telar, que sirven de base para entrelazar los hilos de seda con el dise?o deseado. Los filos y bordes de las formas y los colores presentan a veces un desnivel entre sí, dando la impresión de que se trata de recortes, de ahí el nombre de ‘tapices de seda cortada’.
Los tapices incluyen temas como figuras humanas, monta?as y ríos, flores, pájaros, etc.
Los tapices de ‘seda cortada’ son una de las formas más artísticas de la artesanía china. Muchos de estos artesanos son anónimos, pero el nivel de su destreza y su paciencia revelan también un grado considerable de cultura artística. El Museo Nacional del Palacio alberga una amplísima colección selecta de algunas de las obras más refinadas, dando a los visitantes la oportunidad de apreciar y comprender en mayor profundidad esta importante forma artística de China.